La capacidad de ahorro y las decisiones de inversión se van modificando a lo largo del tiempo, a medida que cambia la relación entre los ingresos percibidos y los gastos realizados en cada etapa de la vida.
En este sentido es sumamente importante identificar como inversor en qué etapa de la vida nos encontramos para así luego poder elegir las opciones de inversión que se adecuen mejor a nuestras necesidades y nos permitan sacar la máxima rentabilidad posible de los recursos disponibles.
La cultura financiera en Argentina: ¿invertir en startups es posible?
Si bien desde pequeños estamos en contacto con el dinero, podemos tener poca idea de lo que significa tener cultura financiera. La cultura financiera se refiere a todos los conocimientos y habilidades que tenemos respecto a los conceptos de finanzas. Estas habilidades y conocimiento nos permiten tomar decisiones acertadas acerca de nuestra economía.
En Argentina, se estima que solo el 28% de los ciudadanos entiende conceptos fundamentales sobre finanzas. Según la misma encuesta, los países que están a la cabeza son Australia, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Israel, Holanda, Noruega, Suecia y el Reino Unido con el 65% de alfabetización financiera.
Dólares, plazos fijos y fondos comunes de inversión… ¿Acaso existe algo más?
La respuesta es si: existen muchas alternativas de inversión poco convencionales en nuestro país, sucede que muchas veces se encuentran por fuera del circuito tradicional como han de ser los Bancos, la Bolsa de Valores o las compañías de inversiones.
A la hora de elegir una de estas alternativas, es importante definir que nivel de involucramiento estamos dispuestos a tener con nuestra inversión.
Por ejemplo, si invertimos en Fondos Comunes de Inversión, nuestro nivel de involucramiento es mínimo: al principio es más dificultoso (tramites bancarios y CNV), pero luego se reduce nuestro nivel de involucramiento con el paso del tiempo.
Por otro lado, si invertimos en una empresa directamente, por ejemplo en una startup, el nivel de involucramiento será mayor. Invertir startups directamente es posible, pero al hacerlo de forma directa las condiciones se acordarán directamente entre el inversor y la startup dispuesta a ceder un pedacito de su empresa.
Invertir en startups
Invertir en startups (principalmente tecnológicas) es algo muy reciente en nuestro país, aunque ahora es cada vez es más frecuente ver operaciones de este tipo.
En este sentido, cada vez son más las personas que, con más o menos dinero, deciden destinar parte de su patrimonio a invertir en este tipo de compañías, un tipo de inversión de alto riesgo pero también con alta rentabilidad potencial.
En este tipo de inversión, es muy importante que el inversor entienda como funciona el ecosistema y la idiosincracia de una startup: es la única manera de analizar su potencialidad y que no existan rispideces entre el inversor y director de la empresa.
¿Puedo invertir en startups? ¿Qué debo hacer?
A menudo las startups más interesantes cierran sus rondas de inversión “en cerrado”, entre conocidos y clientes.
Esto no significa que sea imposible encontrar una buena startup para invertir, pero sin duda será algo más trabajoso que realizar un plazo fijo vía Home Banking.
Encontrar la empresa ideal implica buscar, analizar y entender o estar asesorado a la hora de elegir; posteriormente, contactarse con la empresa (sentarse con el/la CEO de una startup suele ser accesible), entender el negocio, conocer al equipo de trabajo, analizar proyecciones y realizar los acuerdos comerciales.
Este camino se simplifica cuando la startup es de algún conocido o amigo, en ese caso debemos cuidar con sumo detalle la objetividad a la hora de analizar las proyeccciones.
Las condiciones comerciales
Este punto es fundamental: cuando la inversión no se encuentra «regulada» por el mercado tradicional, depende enteramente de la buena fe y astucia de ambas partes: que está dispuesto a arriesgar el inversor y que está dispuesta a ceder la empresa.
Si el inversor además quiere tomar decisiones dentro de la empresa, esto se debe acordar previamente y deben existir roles muy bien definidos: incluso el inversor puede proponer ocupar un cargo específico dentro de la compañía. La conveniencia o no de esto debe ser analizada en cada caso particular: muchas veces esto puede sumar pero también puede traer complicaciones.
Recordemos que nuestro objetivo es invertir y obtener un rédito, y si lo hacemos se supone que no deberíamos condicionar el éxito de la empresa a nuestra participación: nadie es imprescindible y la empresa debe tener entidad de éxito por si misma.
Conclusión
La inversión en una startup puede sorprenderte: del primero al segundo año puede multiplicar su valor en más de 30 veces y esto sería normal; luego el crecimiento suele ser más lento. Sin embargo, no deja de ser una inversión de riesgo similar a invertir en un local céntrico: debes alquilar el local, equiparlo y contratar al personal para medir tu ROI un año después y ver si tu resultado fue positivo o no (con algunas diferencias, claro, y sobre todo varía mucho el modelo de negocio con el que cuente la compañía).
Siempre recomendamos invertir asesorado/a por personas con aptitud en el tema.
Si te gustaría saber que rubros son los más prominentes para invertir en una startup, próximamente publicaremos una nota sobre esto.