Llega el cierre de listas y la mente del candidato/a es un volcán en ebullición.
Al comenzar el día, en el desayuno, luego de almorzar, durante la tarde, luego de cenar (y seamos sinceros, también con la cabeza en la almohada) la mente del candidato no descansa.
Nuestro candidato se llama José. Él quiere ser Intendente de un municipio en la provincia de Buenos Aires, Argentina.
José se está preguntando si realmente necesita Twitter para ganar la campaña electoral.
¿En qué piensa José?
Día y noche piensa la manera de construir capital político adecuado para posicionarse por encima de las otras opciones.
Pero José no está muy seguro de qué hacer. Él quiere «estar en el mundo digital» porque es la oportunidad que le permitirá destacar sobre los demás, dando un salto cualitativo en su comunicación.
Pero lo que no está teniendo en cuenta, es que las herramientas digitales no son únicamente para comunicar: también son útiles para gestionar, y esto es el verdadero salto cualitativo.
Un error frecuente de algunos candidatos
Antes que nada, nuestro candidato -como muchos otros- está por cometer un grave error: quiere ser candidato y jefe de campaña al mismo tiempo. Querer estar en la misa y la procesión es inviable.
El candidato, formado y con conocimientos en materia de política, no puede suplantar la labor profesional de un especialista en comunicación política digital.
La evolución de la comunicación digital hizo más compleja la forma de gestionarla, llevándola a un nivel técnico que implica formación profesional y dedicación absoluta.
¿Qué herramientas son útiles en mi campaña electoral?
Gestionar una campaña con herramientas digitales conduce a una mejora en la forma de hacer política. Si bien esto optimiza la comunicación, es solo un efecto -de tantos otros- que logra la digitalización de una campaña electoral.
José no debería olvidar que al fin y al cabo lo que necesita son más votos. Y la decisión de votar a un candidato u otro es primordialmente emocional.
Por ende, ¿cómo podría generar emociones en mis potenciales electores utilizando recursos digitales?.
Esta es una pregunta difícil de responder, porque no es binaria: no hay una forma u otra.
Para poder responderla, primero la campaña debe tener una estrategia detrás. Sin esa estrategia, implementar plataformas digitales no tiene ningún sentido.
¿Por qué? Porque las plataformas digitales son herramientas que optimizan el desempeño de una campaña electoral basándose en su estrategia, pero no reemplazan a la estrategia que debe ser desarrollada de forma previa a digitalizar una campaña electoral.
Pero entonces, ¿necesito Twitter o no?
La misma consideración aplica para el ecosistema digital del candidato: recientemente la alcaldesa de Barcelona ha decidido dejar Twitter, publicando una declaración al respecto (ver link), dando lugar a la siguiente pregunta: ¿por qué se supone que como políticos/as debemos estar si o si en Twitter u otra red social?.
Pareciera que hoy existe una ley implícita que nos pide estar en todas las redes sociales, sino no podemos ganar una elección. Pero creo firmemente que no es necesario estar por estar. Que todo tiene que tener un objetivo, no solo en la política sino en la vida.
Conclusión
No nos enrosquemos en querer estar en un lugar «solo por estar». Pensemos qué objetivo tenemos y extrapolemos ese objetivo a nuestra estrategia electoral, en una delicada balanza entre sentido común y estrategia electoral. Luego, extrapolemos la estrategia electoral al ecosistema digital (no solo a las redes) y allí estará la respuesta.
Sin dudas, y aunque la decisión final de utilizar una cuenta de Twitter o no en una campaña electoral la toma quien pone su nombre en la cuenta, es importante contar con el apoyo de un/a profesional de la comunicación política que nos pueda guiar correctamente para tomar una decisión de estas características.
Presentarse como candidato/a es algo serio. No tomemos decisiones a la ligera. El voto se decide sobre emociones, pero desarrollar una campaña electoral ganadora implica tomar decisiones racionales.
Tips a tener en cuenta
- No olvidar que en el mundo digital, por sobre todas las cosas, estamos construyendo nuestra reputación.
- ¿Entendemos cuál es la puerta que estamos a punto de abrir?
- ¿Estamos preparados para hacerlo?
- ¿Tenemos definidos los ejes de comunicación que vamos a utilizar?
- ¿Suponemos cómo nos van a recibir nuestros oponentes, y tenemos un plan para responder a ello?
- ¿Tenemos un plan de manejo de crisis armado?